Automotriz

Una aVEntura electrizante.

Debo admitir que he tenido la fortuna de manejar varios vehículos eléctricos: desde los carismáticos Fiat 500e  y smart EQ fortwo incluso el clon Wheego Whip pasando por varios Tesla e incluso un Polestar 2 , y hasta el sacrilego Mustang Mach-E  luego tuvimos un fin de semana un llamativo Kia EV6  sin olvidar una rara Toyota RAV4 eléctrica y así hasta llegar a un elegante y refinado Mercedes-EQ EQE sedan.

Vamos, que hasta soy el orgulloso propietario de uno de los pioneros eléctricos de la era moderna, un flamante  iMiEV 2012,

En la mayoría de los casos fueron pruebas de manejo de corta duración a excepción del Kia que como mencioné lo tuvimos un par de días en La Gran Manzana, lo que sí, todos, incluso nuestro amado Mitsubishi, lo manejamos sabiendo que tiene el rango suficiente para llegar a nuestro destino, menos cuando mi hermosa hija lo dejó en modo tortuga, es decir, con 0 millas de rango y de milagro llegó al enchufe.

En fin, vivir con un vehículo eléctrico requiere planeación para asegurarte de que llegarás a tu destino o al menos al próximo cargador. Pero, ¿Qué pasa cuando no hay tiempo para planear? Eso lo viví el pasado Jueves, aunque todo empezó el Miércoles:

Ese día, mi compañero de trabajo me mandó una foto del nuevo de la flotilla: un atractivo Volvo XC40 Recharge, le respondí pidiéndole que le dijera al patrón que no lo fuera a mandar a otra sucursal sin que yo lo hubiera manejado. Después supe que dicho vehículo llegó con 28% de carga por lo que lo conectaron a la corriente de 220V  el resto de la tarde, toda la noche y hasta la mañana siguiente cuando apenas había subido al 50%.

Debido a que en la oficina de su servidor no contamos con la infraestructura de carga de vehículos eléctricos decente y debido a que necesitabamos más autos ese día, se decidió que nos llevaramos el Volvo a otra sucursal. Parecía el plan perfecto y que la suerte estaba de nuestro lado pues al 50% de carga el XC40 Recharge prometía un rango de 90 millas y a dónde teníamos que ir estaba a 81 millas, en teoría teníamos rango de sobra.

Así pues, nos encaminamos y todo parecía ir viento en popa hasta que requerimos prender la calefacción porque resulta que bueno, estamos en invierno. Tremendo error, el rango bajó a 75 millas…de inmediato la apagamos, total, no nos congelaríamos en 81 millas de manejo.

Agarramos la autopista y todo bien, el rango no bajó en lo absoluto ni cuando aceleré para alcanzar la velocidad, ni para rebasar tractocamiones, conforme ibamos recorriendo camino nos fijamos que el rango iba disminuyendo de 5 en 5 millas pero parecía acorde, es decir, parecía que recorríamos 5 millas y entonces bajaba el rango.

Ahora, hay una creencia que todo Kansas es tan plano como una tortilla, siento desilucionarlos al decirles que tal vez el 90% del estado si lo sea, pero justo en nuestro camino teníamos que cruzar las llamadas ¨Colinas de Pedernal¨ y para añadir insulto a la herida la neblina nos envolvió y no podía ver más allá de mis narices, tuvimos que prender el desempañador y sorpresa que el rango bajó considerablemente. Tuve que bajar la ventana pero se metía el frío, así que la subí pero se volvían a empañar los vidrios por lo que tenía que usar mi trapito para limpiar el parabrisas. Mi compañero de trabajo estaba a punto de tener un ataque de ansiedad al ver como bajaba el rango y ahora nuestro destino era inalcanzable…a eso se le conoce como la ansiedad de rango, literalmente, no lo estoy inventando. Es real.

Olvidé mencionar que afortunadamente ibamos circulando por la única carretera de cuota de Kansas y ésta tiene áreas de servicio cada ciertas millas y en dichos lugares hay gasolinera, restaurantes y ultimamente cargadores para vehículos eléctricos, así que no dudamos en parar en la primera que vimos que está a 32 millas de dónde iniciamos la aventura. Quiero aclarar que cuando llegamos al cargador de dicha área de servicio la Volvo tenía una carga del 29% y un supuesto rango de 55 millas y nuestro destino estaba aún a 48 millas, en teoría si hubieramos llegado, pero el hubíera no existe.

Una vez en el cargador, nos tomó un poco de tiempo el descubrir cómo funcionaba ya que en el primer intento solo cargó por 3 minutos pero nos dimos cuenta que había dejado de cargar 16 minutos después, aunque en esos 3 minutos la carga subió del 29 al 36% y costó $2.70 dólares. En el segundo intento cargó del 36 al 75% en 24 minutos a un costo de $14.27 USD. El rango subió a 120 millas, seguramente ahora sí llegaríamos a nuestro destino.

En total desde que llegamos al área de servicio hasta que nos fuimos transcurrió una hora, aunque como les puse, no todo el tiempo estuvo cargando la XC40 Recharge.

Efectivamente, llegamos a la autodenominada Capital Aérea del Mundo que era nuestro destino con 80 millas de sobra, sin ningún contratiempo pudiendo prender la calefacción y el desempañador aunque como hecho a propósito cuando llegamos incluso ya había salido el sol.

A fin de cuentas fue una aventura que nos deja de enseñanza varias cosas:

  • Tenemos que pedirle al Gerente de área o alguien más arriba que instale un cargador de autos en la oficina porque no es el primero que nos llega y seguramente no será el último.
  • Hay que cargar al 100% o al menos al recomendado 80% antes de salir.
  • No hay creer en el rango estimado ya que no es el real.
  • Y no andar a prisa porque recargar es mucho más lento que repostar.

Aún así no me espanto con los vehículos eléctricos, como les presumí ya tengo uno aunque le haya dicho a mi hija que es de ella y seguramente cuando me dejen adquirir otro como premio de mi nuevo puesto en el trabajo, también lo será. Por lo pronto, esta fue mi bienvenida oficial al mundo de los vehículos eléctricos.

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