La tercera generación de la Escape está a medio ciclo de su vida. Se estrenó como modelo 2013. Era justo y necesario que como modelo 2017 recibiera una rediseñada.
Como suele suceder, los extremos son los afectados ya que modificandolos se cambia por completo la personalidad del vehículo. En el caso de la Escape pasa a ser un Focus XL a una mini Edge, al menos al frente que recibe nuevo cofre, faros, parrilla y fascia.
En la parte posterior ha bastado con modificar los pilotos para que se vea distinta, aunque seguro es cosa de acostumbrarse, pero creo que las calaveras del modelo saliente se ven mejor incorporadas. De seguro pocos extrañarán la partida de la franja cromada arriba del portaplaca.
En todas las versiones estrena rines de nuevo diseño.
El interior estrena volante, controles del aire acondicionado y consola central. Ahora lleva el sistema de infotenimiento SYNC3.
Los 3 motores con los que se ofrece siguen en la gama: el 2.5L de serie y los opcionales EcoBoost de 1.5 y 2.0L todos de 4 cilindros, los EcoBoost han sido modificados para incorporar start/stop y de paso le han aumentado la potencia un poco, números finales de potencia y consumo no han sido revelados aunque se espera que estos últimos mejores aunque sea un poco con el nuevo sistema que apaga el motor.
Se podrá adquirir en las mismas 3 versiones: S, SE y Titanium. El precio inicial de la «S» aumenta a $23,600 dólares que es $500 USD más que el modelo saliente. Se ofrecen nuevos colores y otros han sido descontinuados.
Ford es un experto en los «facelifts» de media que cambian por completo la apariencia de un vehículo, unos ejemplos: el Fusion y Edge de primera generación que al ser rediseñados estrenaron personalidad. La Escape 2017 se une a esta lista. Sale a la venta durante esta primavera que apenas inicia.
Se ve bastante bien, le ayuda mucho ser la mini edge! Aunque para México llegaran versiones con poco equipo de serie para poder competir en precio 😦