Es por todos sabido que la relación Mustang-Shelby se remonta decadas atrás. Durante todos esos años Shelby se encargó de hacer del Mustang el mejor de los Muscle cars.

Sin embargo, ahora la pareja de socios aspira a eso y más. Si, quiere vencer no solo en potencia, sino en comportamiento y desempeño a sus eternos rivales: el Chevrolet Camaro Z/28 y el Dodge Challenger SRT Hellcat, que dicho sea de paso uno está a punto de ser reemplazado y el otro es una bestia brutal.

También el pasado Mustang Shelby GT500 con sus 662 HP era puro poder en bruto, el nuevo GT350R no tanto. Si, sigue siendo un potro salvaje, pero en realidad ha sido medio domesticado, tiene modales, es refinado. Es por eso que no tiene ningún inconveniente el que se quiera junta con los de otra clase: los deportivos y no solo los Muscle.

Antes de seguir hay que aclarar algo, este es el GT350R, el enfocado a circuitos, hay una variante más mundana, esa ya se las presenté y pueden verlo aqui: GT350 .

En cuanto a diseño se distingue a un Shelby de un Mustang normal por la ausencia de caballos que son reemplazados por Cobras. En el caso del GT350R las tiene en rojo y vemos un spoiler trasero más grande de fibra de carbono.

Después tenemos el «splitter» frontal con la palabra Shelby estampada. En la parrilla nacen unas protuberancias cual colmillos que se incrustran en la fascia pero no se ve mal, al contrario, crea un efecto agresivo. Este elemento está hecho con un compuesto de fibra de carbono, lo sabemos porque lo presume una vez que abrimos el cofre.

Hay que aclarar que aunque de apariencia casi idéntica, el Shelby GT350R es más ancho y bajo que un Mustang del pilar A hacia adelante. De lado vemos rines en negro que a simple vista no llaman la atención, sin embargo son de fibra de carbono con capa protectora para resistir a todo lo que serán expuestos, son los primeros de su tipo en un auto de producción.

El interior, aunque similar al del Mustang normal, tiene sus diferencias como por ejemplo: la víbora encantada en el volante, el cual tiene la parte baja plana, los asientos deportivos Recaro y la palanca de cambios manual ya que no hay Shelbys automáticos. Siendo pensado para circuitos se puede adquirir el paquete «R» que en lugar de poner quita cosas no indispensables como por ejemplo: aire acondicionado, radio, cámara de reversa, puertos USB, tapetes y asientos traseros. Si, este Shelby es un biplaza.

Obviamente el cambio más importante está bajo el capo: el tren motriz, y ojo, que aunque el motor 5.2L V8 está relacionado al llamado «Coyote» del Mustang GT, el que lleva el Shelby GT350R ha sido internamente modificado  a tal grado que hasta recibe nombre propio: Voodoo. La potencia total son 526 HP, eso es 91 equinos más que en el Mustang V8 normal. La principal característica de este motor es que han conectando las varillas a 180 grados en lugar de intérvalos de 90 gracias a un cigüeñal de plano liso. Es bueno aclarar que la transmisión utilizada en el Shelby es una Tremer de 6 cambios cortos mientras en los demás Mustangs, aunque también de 6 marchas, es una Getrag. El GT350R tiene un rendimiento decente: 14 MPG en ciudad y 21 en carretera.

Lleva frenos Brembo y sistema de amortiguación magnetorreológico que Ford llama MagneRide y es el primero en su especie que desarrolla la firma del óvalo azul.

Aunque acaba de salir a la venta, Ford no ha puesto el configurador en su sitio web, solo sabemos que tiene un precio inicial de $61,295 dólares. Precio final y colores disponibles son un misterio.

El nuevo Ford Mustang Shelby GT350R – ese es el nombre oficial – no es un retroceso con respecto al pasado GT500, nos muestra que en ocasiones no solo el número de caballos importan para ser mejor, también se requiere refinamiento. Casi lo olvido, no busquen la R en los emblemas exteriores, no la encontrarán porque no la tiene. Solo en el interior una placa con el número de unidad la lleva, y es que solo habrá 37 GT350R este año. Gracias a FoMoCo por las facilidades otorgadas.