No se necesita cinta métrica ni saber las medidas para darnos cuenta que la Escape es de las más pequeñas de su clase.
El que se vea más «delicada», puntiaguda y parecida al Focus no es casualidad, lo que pasa es que está pensada para la urbe.
Si se quiere un vehículo Ford más rudo, cuadrado y con ciertos rasgos retros aunque de dimensiones similares, entonces hay que recurrir a la Bronco Sport que comparte plataforma y tren motriz con nuestra invitada.
La actual generación apenas estrenada el año pasado vivió la más grande transformación recibiendo una silueta más esbelta y fina, además de moderna.
Más que crossover parece un hatchback con esteroides y eso no es malo pues el diseño es atractivo, lo mismo pasa en el interior donde todo se ve contemporáneo. Sin embargo, solo tiene buena vista pues al menos en la unidad manejada, aún siendo una SEL – apenas un escalón abajo del tope de gama – todos los plásticos son duros tirándole a tieso. A su favor tiene una cámara de reversa de buena calidad y alfombra fácil de limpiar. Hay que señalar que la pantalla es de apenas 4.2 pulgadas en las variantes bajas aunque casi se duplica en la gama alta como la que vemos aqui.
Mecanicamente hay de donde escoger: desde un relativamente ruidoso tricilindrico hasta el híbrido enchufable que cuando la mueven sus motores eléctricos es más muda que el silencio. El motor de 3 cilindros es el de serie en las 3 versiones que inician con «S»: S, SE y SEL, si se quiere un cilindro más y 69 caballos extras hay que pagar $4,280 USD más…es más sabio optar por el tope de gama que lo lleva de serie. Dichos motores son los siguientes:
- 1.5L de 3 cilindros con 181 HP
- 2.0L de 4 cilindros con 250 HP.
Ambos están unidos a una transmisión automática de 8 velocidades.
La unidad manejada era una SEL tricilindrica y por lo tanto relativamente ruidosa y un vibraba un poco estando en ralenti, sin embargo, eso desaparece una vez en movimiento, no esperen aceleraciones cardiacas ni tampoco un excelente rendimiento, oficialmente rinde 27/33 MPG.
No todo es malo pues 181 HP son suficientes para mover con soltura a sus ocupantes y pocas pertenencias ya que por las dimensiones, su cajuela es relativamente pequeña comparada a la de sus rivales.
Si se quiere mejor rendimiento y no utilizar ni una gota de gasolina si se manejan 37 millas, Ford ofrece las Escape híbrida e híbrida enchufable, ésta última es la que puede andar 37 millas con pura electricidad. Ambas son movidas por un motor 2.5L de 4 cilindros que junto a 2 motores eléctricos generan una potencia total combinada de 221 HP. Aquí la caja es una tipo CVT y el rendimiento sube hasta 44 MPG en ciudad. y 37 en carretera, por su parte, la híbrida enchufable rinde usando pura gasolina: 41 MPG, utilizando gasolina y electricidad: 102 MPGe.
En Estados Unidos se ofrece en 6 versiones en total, 4 a gasolina y 2 híbridas, les muestro los precios iniciales en dólares:
Gasolina:
- S: $24,885
- SE: $27,105
- SEL: $29,265
- Titanium: $36,465
Híbrida:
- SE: $28,265
- Titanium: $33,550.
Los colores a escoger son 9:
- Negro Agate
- Blanco Estrella
- Gris Magnético
- Plateado Lingote
- Azul Metálico
- Azul Velocidad
- Dorado Nube del desierto
- Verde oscuro Persia
- Rojo Rápido.
Siendo un crossover compacto, la Ford Escape tiene de rivales a sus paisanas Chevrolet Equinox y Jeep Cherokee, las Asiáticas Honda CR-V, Toyota RAV4, Nissan Rogue, Mitsubishi Outlander, Subaru Forester, Mazda CX-5, Kia Sportage, Hyundai Tucson, y por último la VW Tiguan.
Si bien no es la líder en ventas del segmento, si goza de muy buena aceptación logrando vender 178,495 unidades en el 2020, hace un par de años había vendido casi 100,000 unidades más, y eso, solo en Estados Unidos.
Ya en su cuarta generación, y 20 años después de su estreno, la Escape está mejor que nunca, seguramente este año supera las ventas de 2020, ahora solo falta que Ford invierta en mejores materiales para el interior para que sea atractiva no solo a la vista, sino al tacto también.