Corríjanme si estoy equivocado, pero creo que para hacer la variante más deportiva de un auto, lo primero que las armadoras hacen es ponerle más potencia al motor. Toyota no. Pero se asegura que frene mejor.

Antes de seguir, aclaro que es más bien TRD, la subsidiaria de Toyota, la que ha decidido que el sedán tiene suficiente potencia en el motor 3.0L V6 con sus 301 HP y que la transmisión automática de 8 velocidades es la adecuada, Sin embargo, le ha dado un escape de flujo libre en la parte trasera del convertidor catalítico. El rendimiento es de apenas 21/31 MPG.

Y como mencioné arriba, los frenos si han sido modificados con rotores más grandes, pinzas de 2 pistones y una mejor sensación de frenado mediante el pedal.

Pero eso no es todo, que el chasis es más rígido con una suspensión revisada con muelles más rígidos que bajan el auto 0.6 pulgadas. Las barras antivuelco son nuevas. Finalmente rines de diseño exclusivo y llantas más anchas se encargan de mejorar el manejo.

Lleva además divisor delantero, laterales, spoiler y difusor trasero con rayas rojas. Las salidas de escape son sencillas y no dobles como en otros modelos. Todo esto no se aprecia gracias a que la unidad aqui vista es color negro Medianoche, uno de apenas 4 disponibles.

El interior se distingue por los acentos rojos que contrastan con la mayoría de las vestiduras en negro. Los cinturones de seguridad son rojos también así como la iluminación del panel de instrumentos y el fondo de pantalla en el sistema de infotenimiento.

Por todo esto Toyota pide $31,040 dólares que dicho sea de paso no lo convierte en el Camry más caro aunque sin duda alguna, si es el más interesante de la gama del sedán mediano. Gracias a Toyota Hendrick en Merriam, Kansas, por las facilidades otorgadas.