No se sabe a ciencia cierta, pero un gran porcentaje de «G-wagens» que son adoptados por millonetas, incluyendo el Canelo, han pasado por las manos de AMG.
Y por supuesto, la nueva generación no es la excepción. Sí, por si se les pasó, no sabían, o no se habían enterado la Clase G es completamente nueva aunque totalmente similar.
Sigue siendo un mastodonte majestuoso e imponente que a pesar de tener una imagen simple y cuadrada llama la atención. Y más si es una AMG.
En su momento la llamé un hipopotamo bailarín de Disney y en verdad lo es, si no, ¿Cómo me explican que a pesar de tener literalmente «cero» aerodinámica y pesar más de 5,700 libras a AMG se le ocurra meterle 577 caballos?
Lleva el mismo motor 4.0L V8 de la Clase G solo que con 151 HP extras. La transmisión es una automática de 9 velocidades.
Se distingue una G550 de una G63 por llevar defensas distintas, rines diferentes, los emblemas de la casa y la plaquita en la tapa del motor con el nombre de quién le metio mano para posteriormente agradecerle cuando uno se divierte, recordarle el 10 de Mayo si llega a fallar o buscarlo y hacertelo amigo por Fakebook.
Por estos cambios AMG cobra exactamente $23,000 dólares, es decir, el precio inicial de la G63 es de $147,500 USD, y si eso se les hace mucho dinero, esperen a ver si AMG se atreve a meterle el motor V12 para crear la G65.
Se puede adquirir en un total de 24 colores, no los nombraré todos, basta decir que hay 5 negros, 2 blancos, 3 grices, 2 plateados, 2 cafés, 4 azules, 2 rojos, 2 verdes, Amarillo y beige.
Y mientras la G550 es un ícono, la G63 es un símbolo. Símbolo de opulencia, símbolo de poder, símbolo de derroche. Ya está en venta.