No hay que creerle a Subaru cuando muestre vehículos concepto pues podríamos salir desilucionados. No me malinterpreten, sus autos son muy buenos tanto en mecánica como en reventa. Solo no hay que emocionarnos demasiado cuando presenten prototipos porque Subaru es muy, tal vez demasiado conservadora.
Es por eso que al ver la Viziv-7 en el 2017 dudaba que la que a fin de cuentas terminó llamandose Ascent se fuera a parecer. El tiempo me dió la razón.
Y aunque el producto final es un poco más que una Forester con esteroides, fea no es. Y eso se agradece.
Está claro que con la Viziv-7 Subaru nos adelantaba que venía aunque no precisamente nos decía como se vería. Podríamos decir que lo que comparten ambos vehículos son los emblemas, el llevar 4 llantas y en este caso, el tamaño.
Y es que tanto el concepto como el vehículo de producción, es el Subaru más grande, aunque no el primero del segmento, recordemos que los Japonéses ya ofrecían algo similar con la extinta y poca agraciada B9 Tribeca.
Afortunadamente, en esta ocasión el vehículo es mucho más estético que antes y viéndolo de frente vemos que si hay semejanzas, por ejemplo la parrilla y la silueta de la Ventana de la tercera fila.
Es obvio que los grupos ópticos han perdido la modernidad y el tipo de ilumación, aunque hoy en día sabemos que sirvieron de inspiración para la nueva Forester que lleva calaveras tipo tenazas de cagrejo.
Curiosamente nadie conoce el interior del concepto ya que Subaru nunca lo mostró y es por eso que la cabina de la Ascent no decepciona tanto a pesar de ser muy simple.
A fin de cuentas, así como los conceptos WRX, Impreza e incluso el XV dejaron mucho que desear con respecto a los vehículos de producción, así la Viziv-7 prometía más de lo que a fin de cuentas nos llegó. Y hablando de llegar, ¿Llegará a México?