En una época donde los mismísimos vehículos utilitarios llevan «Sport» como primer nombre, no nos extrañemos si el más pequeño e inocente de los Honda, el subcompacto Fit pretende ser deportivo.

No es el primero que lo hace, tenemos por ejemplo el Fiesta ST o el VW Up! GTI, no olvidemos el 500 Abarth y hasta los smart Brabus, pero en Honda no se esforzaron en lo más mínimo para que el Fit no se averguence se ser «Sport».

Y es que las únicas diferencias del Fit Sport y el resto de la manada es el par de franjas naranjas en la parte baja de ambas fascias, faldones laterales muy discretos, un difusor trasero más falso que un billete de $4 pesos, punta de escape cromada y rines de 16 pulgadas en negro.

El interior es adornado con costuras contrastantes también en naranja y volante y pomo de la palanca forrados en piel. El sistema de sonido es el que encontramos en las versiones topes de gama.

Como mencioné arriba, el Fit Sport no es tan «Sport» ya que Honda lo ha dejado intacto mecanicamente por lo que sabemos que el motor que le da vida es el 1.5L de 4 cilindros con 128 o 130 HP dependiendo de la transmisión elegida: una manual de 6 velocidades o una tipo CVT.

Y bueno, ya que estamos hablando del Fit, les comento que toda la gama 2018 del subcompacto recibe cambios internos para mejorar su manejo incluyendo reforzamiento del chasis, ajustes a la dirección, más material acústico para disminuir el ruido en la cabina, parabrisas insulado y vidrios más gruesos en las ventanas delanteras.

En el interior, un nuevo sistema de infotenimiento es ahora compatible con Apple Car Play y Android Auto y la perilla del volumen regresa del inframundo.

Con un rango de precios de entre $16,190 USD y $20,520 dólares, el Fit Sport se sitúa apenas arriba de la versión de entrada con un precio inicial de $17,500 billetes verdes.

El Fit 2018 se renueva muy sutilmente, incluso el Sport es muy inocente, pero sigue siendo una opción más que interesante del segmento.