Al decir GT R lo primero que se nos viene a la mente es Godzilla, ese super auto Japonés. el Nissan más deseado, ese que con un motor V6 metió en problemas a los V8, v10 y V12.
Sin embargo, ese GT-R ya tiene un tocayo, es Alemán. El AMG GT R. Así sin guión, tal vez por eso Nissan no ha reclamado, así como Ford no lo hizo con el AMG GT o Porsche con el AMG GT S.
El AMG GT R es hasta la fecha el modelo más radical de la casa, es casi una versión de circuito que puede manejarse en la calle.
Distinguirlo es fácil, lo delata su color verde opaco Infierno exclusivo y el alerón trasero fijo de fibra de carbono. Y no, yo no he inventado el nombre del color, AMG así lo ha llamado en honor al infierno verde AKA Nürburgring, ese mítico circuito germán donde el auto corrió logrando un tiempo impresionante de 7 minutos y 10.9 segundos, eso es más rápido que el Ferrari 488 GTB, pero más lento que su tocayo Nismo. Aclaro que en total se ofrece en 12 colores, pero, ¿Quién en su sano juicio compraría un GT R en otro tono?
Y es que fue allí donde Tobias Moers y equipo pulieron y desarrollaron el AMG GT hasta convertirlo en la bestia, en el Hulk que aquí vemos.
Hagamos una pausa para recordar la gama del AMG GT que es un poco confusa: El de entrada es el simplemente llamado GT que lleva el motor 4.0L V8 biturbo con 469 HP, le sigue el GT S con el mismo motor pero con 515 caballos, después tenemos al GT C con sus 550 equinos y por último, el GT R con 577 HP.
En cuestión de precios, mientras el AMG GT empieza en $112,400 dólares, el GT R inicia en $157,000 USD precio que se eleva de inmediato eligiendo el color verde con un costo extra de $9,900 o el interior en piel Nappa con costuras en amarillo como en la unidad vista por solo $3,600 más.
Fuentes extra oficiales especulan que AMG solamente fabricará 2,000 unidades de este GT R haciendolo no solamente deseable por los pudientes que quieren poseer los nuevos juguetes, sino también por los coleccionistas que pueden y quieren tener una pieza de ingeniería y obra de arte en un solo objeto. Gracias a Mercedes Benz Aristocrat y a Melinda Melton por las facilidades otorgadas.