Lo primero que notamos en el nuevo Cascada 2016 es la ausencia de las salidas de aire falsas en el cofre que adornan al resto de la gama Buick.

Y es que el Cascada no es un Buick pura sangre, es un Opel. Pero no se espanten que este no es el primer Opel que al cruzar el Atlántico es bautizado como Buick.

Conocido en casi todos los mercados donde se comercializa como Cascada, aunque en España simplemente como Opel Cabrio, cambia su identidad al emigrar de su natal Alemania, aunque el auto se emsambla en Polonia. El cambio más notable o más bien dicho, el único cambio exterior es el logotipo de Buick ya que las subsidiarias de GM no se han preocupado por modificarlo en lo absoluto. Por alguna razón al Buick le ponen el emblema Cascada del lado derecho, en Europa lo lleva del lado izquierdo. Acabo de recordar otro cambio: el velocimetro está en millas, aunque eso también lo lleva el Vauxhall Cascada en el Reino Unido.

Lo mueve un motor 1.6L de 4 cilindros con 200 HP que son más que suficientes para despeinar a sus 4 ocupantes cuando se viaja con la capota de lona guardada que dicho sea de paso se quita en 17 segundos.

Se ofrece en 2 versiones: 1SV y Premium. Ambos llevan rines de 20 pulgadas. Solo está disponible en 6 colores e increiblemente en la variante 1SV se reduce a solo 2 tonos a escoger. Tiene un precio inicial de $33,065 dólares.

La pregunta obligatoria es: ¿Buick necesita un convertible en su gama? No realmente, pero la marca está en plena transformación de tener autos seníles a ser una marca premium, y todas las armadoras de lujo tienen un descapotable en sus filas. Así que demosle la bienvenida al Cascada, el primer cabrio de la casa en este siglo XXI. Ya está llegando a las concesionarias Buick del país.