Desperté a las 5:00 am para cruzar la frontera Estados Unidos – México. Tuve la fortuna de que al momento de cruzar el puente internacional fuera el único auto haciendolo en ese instante por lo que aproveché y tomé esta foto épica:
Una vez en tierras Aztecas tuve que proceder a sacar el permiso para circular en México, mi permiso de turista y pagar el depósito en garantía de que el Prieto regresaría a su país adoptivo. Desde que me desperté hasta tener todo listo para seguir circulando pasaron 2 horas.
Ya en carreteras mexicanas, si no fuera por el mal estado de algunas vías, uno podría pretender ir manejando en las famosas «Autobahn» sin límite de velocidad, y es que desgraciadamente nadie, si puede, lo respeta. Los desafortunados que les toca manejar carcachas tienen que apegarse a la ley.
Su servidor, por meros propósitos informativos pudo comprobar que la velocidad máxima gobernada del nuevo smart Fortwo es de 155 km/hr. Debido a eso, el tramo de Nuevo Laredo – Monterrey que según Chona – nuestro GPS – originalmente haría en 3 horas y media fue bajando hasta llegar a la capital Regiomontana un par de horas después. Seguramente hay quien llegue más rápido, yo no pretendía romper ningún récord.
En Monterrey estuve casi incomunicado y por casi una hora estuve deambulando por la ciudad viendo varios iconos de la ciudad.
Me dí cuenta que la Avenida Lázaro Cárdenas alberga muchas agencias y hasta la fecha me arrepiento de no haber parado en la Renault donde tenían en exhibición el Clío RS.
Por fin, más adelante en la misma avenida vi un centro comercial y con todas las esperanzas rogué porque tuvieran Wifi, cual sería mi sorpresa al ver que si tenían. En agradecimiento me comí un Subway que dicho sea de paso el sabor no era el mismo al que estoy acostumbrado, pero vamos, que todos sabemos que la comida «auténtica» Mexicana tampoco sabe igual de este lado.
Gracias a la tecnología en esa misma ciudad logré reunirme con Carlos Castellanos y su novia e iniciamos una mini caravana muy llamativa con rumbo a Querétaro.
Solamente paramos por gasolina:
A comer:
Y por un café:
Finalmente, después de tratar de evitar literalmente miles de baches, manejar más de 9 horas, pasar por 4 estados: Nuevo León, Coahuila, San Luis Potosí y Guanajuato, llegamos a Querétaro. Al llegar a nuestro destino que era el hotel Misión Express, había cumplido la misión.
Dejé descansando al Prieto y fui al centro de la ciudad a reunirme con miembros del club a un lugar donde desde la azotea se tenía de vista un bonita postal:
Llegando la hora de dormir, mi excelente anfitrión fue Ricardo Torres que me brindó una excelente estadía la primera noche en Querétaro.
El resumen del día fue:
Horas despierto: 11:27, millas recorridas: 591 o sea 950.9 kilometros, velocidad promedio: 52 MPH es decir 83 km/hr. y rendimiento promedio: 35.9 MPG que se traducen a 15.26 KPL.
Había que descansar pues al día siguiente iniciaba lo bueno. Continuará…
Excelente reseña y aventura, muy envidiable, de la buena.
Un abrazo.