4:44 am, esa es la hora en que salimos de casa el Lunes 6 de Julio. Ha habido cambio de planes, el culpable: el clima. El destino sigue siendo la misma ciudad: St. Louis, Missouri, solo que iremos directamente a donde iríamos el Martes: Six Flags. Y es que según el pronóstico del tiempo, al día siguiente lloverá casi todo el día. No queremos arriesgarnos, los boletos de entrada al parque de diversiones, a pesar del descuento no han sido nada baratos y hay que desquitar lo que pagamos ya que cobran por entrar aunque no te subas a los juegos.

Como de costumbre, viajamos como gitanos. Y también como suele suceder, apenas he dormido un par de horas, una bebida energizante y botanas enchilosas, así como la colección de CDs, si, CDs, nada de conectar el celular al stereo de la camioneta, promenten mantenerme despierto durante las 5 horas y media de manejo a nuestro primer destino.

También, como de costumbre, no hemos recorrido ni 50 millas cuando una luz se prende en el tablero, esta vez es la del sensor de la presión de la llanta trasera. Digo que como de costumbre porque como hecho a propósito en cada viaje largo, algo se prende: Sensor de bolsas de aire antes de un viaje a Denver, y el famoso «Check Engine» antes del viaje a México. En aquellas ocasiones fueron antes de cada viaje y se solucionaron antes de salir. Esta vez, por fortuna solo fue una inconveniencia que no perjudicó en lo absoluto el desempeño de la Vallena.

Nuevamente, nuestro relativamente viejo, pero todavía útil GPS llamado cariñosamente «Chona» nos lleva a nuestro destino por su propia ruta, la cual nos llevó por una zona muy exclusiva de St. Louis. «Qué complicado esta llegar a Six Flags» le comento a mi esposa. Solo para darme cuenta después que la ruta convencional es mucho, pero mucho más fácil de seguir.

Justo llegamos a Six Flags a la hora de apertura (10:30 am) y por un momento sentí haber llegado a la frontera de México – EEUU con cientos de autos queriendo cruzar al otro lado.

No los aburriré contandoles lo acontecido en el parque de diversiones, solo les comentaré que:

1. Es una pésima idea subirse a una montaña rusa por muy pequeña que sea cuando: A) no se ha dormido ni comido y B) ni siquiera tolero subirme a los columpios.

2. Es una pésima idea ir en pleno verano con el calor, con la simple caminata del estacionamiento a la entrada ya tenía la lengua de corbata.

Aún así fue un buen día – para mis hijos -, yo me consolé con verlos felices y con unos avistmientos medio interesantes en el estacionamiento:

Jaguar F-Type.

Jaguar XF y Land Rover Range Rover. Curioso que los parientes de conglomerado se estacionaran juntos.

Acura TSX SW una rareza circulando ya que fue un fracaso en ventas.

Una vez agotadas las energías de los niños fuimos a cenar y después a dormir. Al día siguiente iniciaba lo bueno del viaje, y qué mejor manera de hacerlo que visitando el paraíso automotriz. Estén pendientes.