King Ranch, Laramie Longhorn, 1794 Edition y ahora High Country son las versiones de camionetas pick up enfocadas a un mercado: Texas, y todas, tienen el común denominador de tener interiores de piel color café. Pero, por qué Texas?  Tal vez se pregunten, pues resulta que ese estado que algún tiempo fue territorio mexicano es el que más compra este tipo de vehículos.

La versión High Country se deferencía del resto de las Silverados por el exceso de cromo en: parrilla que además es de diseño exclusivo, así como  manijas, espejos laterales, rines y salidas de escape, incluso en la página de Chevrolet lo reconocen poniendo que la High Country es: «Parte cromo, todo camioneta». Aunque raramente, esta versión tiene las defensas al color de la carrocería, en cambio el resto a excepción de las variantes WT las tienen cromadas.

El interior se distingue por tener, como dije al principio, vestiduras en piel en color café que Chevrolet llama al tono «Silla de montar», color que no está disponible en cualquier otra Silverado, además de tener los reposacabezas de los asientos delanteros bordados con el logotipo de la versión.

Como tope de la gama que es, tiene también casi todo lo que sería opcional en el resto de las versiones, como por ejemplo: asientos delanteros ventilados y calefactados, sistema de audio Bose, suspensión mejorada, llantas y rines de 20 pulgadas, entre otras cosas.

El motor de serie es el 5.3L V8 con 355 HP, aunque si se desea y se quieren pagar $1,995 dólares se puede tener el 6.2L de 8 cilindros también pero aproximadamente 425 HP. El rendimiento de combustible combinado es de 19 MPG en el primero y 17 en el segundo motor.

Mientras la Silverado base inicia en apenas $25,575 dólares,  el rango de precios de la High Country es entre $45,605 y $55,741 USD. Eso pudiera parece mucho dinero para una camioneta que seguramente no será utilizada como herramienta de trabajo, pero si Chevrolet la ha sacado, y las otras marcas ofrecen algo similar, es porque hay mercado, al menos en Texas.