Hay cosas a las que hay que acostumbrarse: a la ausencia de ruido al encender, al frenar y que se apague el motor, al encender del mismo al soltar el freno, a la perilla de cambios en lugar de palanca de velocidades y al espacio perdido en la cajuela por las baterías. Fuera de eso es un buen auto que nos hace sentir ambientalistas al manejarlo.