Con este viaje he sacado algunas conclusiones, y es que después de vivir una década en el exilio y regresar como turista se tiene otra visión:
- Los precios en pesos se ven carísimos y los precios de comida y algunos aparatos electrónicos, aunque no lo crean, son similares.
- En cuestión de carreteras: ya no me quejaré de las calles y carreteras gringas «en mal estado», son casi como las autopistas mexicanas.
- Tampoco me quejaré de tener que pagar $3.75 dólares por recorrer 82 millas en la única autopista de paga de Kansas. En México pagamos $235 pesos de Jalostotitlán a Guadalajara que son 125 kms.
- Esto nos lleva a otra conclusión: las autopistas mexicanas son carísimas y en contadas ocasiones están en pésimas condiciones, por ejemplo la de Villa de Arriaga a San Luis Potosí, sin embargo, los paisajes son espectaculares, nada que ver con las típicas planicies gringas.
- Otra cosa: es una locura tener que pagar por estacionarte en todos lados, incluso la calle, y hablando de eso:
- Los «franeleros» son un estorbo, al salir del estacionamiento en lo que te tienes que fijar es en no atropellarlos, además de no pegarle a algún carro u objeto.
- Los supuestos ahorros del supermercado te los gastas en los «cerillos» (empacadores) y «franeleros» («asistentes de estacionamiento»).
- En cuestión de bebidas: el concepto de «rellenos gratis» es casi nulo y desconocido en México, me imagino no sería algo costeable en el país con más consumo de refrescos per capita del mundo.
Pero no todo es malo:
- Las distancias en kilómetros se viajan mucho más rápido que las millas.
- Los autobuses foraneos mexicanos son ultra modernos en su mayoría si los comparamos con los famosos Greyhound.
- El servicio completo de las gasolineras Pemex es un lujo, el auto servicio gringo es una vergüenza. No se quejen de pagar $13 pesos por litro de la gasolina Premium, seguramente están incluyendo el servicio en el precio.
- La construcción de edificios y centros comercilaes parece no parar, ahora es tiempo de que el gobierno arregle las calles, avenidas y carreteras.
- Y por último, y el más importante: el México que pintan es muy distinto al que se vive, al menos en las zonas que visitamos.
Estas son las conclusions a las que he llegado.
Esperen la próxima semana la última parte de esta serie, un post titulado: «Las aventuras de la Vallena».
Como un viaje largo que fue, obviamente tuvimos algunos estragos, sin embargo estos ocurrieron dentro de la ciudad:
Coincido en varios puntos contigo, lo importante es que la pasaron bien y que la imagen que se llevaron de México es buena a pesar de sus males.