Al llegar a nuestro destino, es decir, Guadalajara, fuimos testigos de los cambios que ha vivido en la última década: vimos el progreso y la desigualdad; observamos la infinidad de torres y edificios nuevos; transitamos por los innumerables puentes y túneles que agilizan de cierta manera la circulación y sentimos las irregularidades del camino en forma de baches y topes.

Puerta de Hierro.

La ciudad sigue creciendo, lo notamos en las enormes distancias a recorrer para ir del punto A al punto B, lo experimentamos en sus vías constantemente embotelladas y lo vivimos en las caóticas idas al supermercado donde comprar la despensa es una tarea estresante.

Vimos un México mas agringado, lleno de Walmarts, Sam’s, Costcos, McDonalds, Burger Kings, Little Caesars, y Applebees, Autozones, Best Buys y hasta Rent a Centers. Se utilizan más palabras en inglés y la mayoría de tiendas las portan.


Pero no todo es malo, México sigue teniendo su cultura, cocina y hospitalidad intacta, y hace que cualquier rincón sea digno de admirar. México continua con su ambiente de calidez y atmósfera de tranquilidad a pesar de la inseguridad que afortunadamente solo leímos pero no vivimos en carne propia.
Con una agenda llena que incluía NocheBuena, Navidad, Año Nuevo, cumpleaños e incluso una boda, nos la ingeniamos para visitar nuestros viejos rumbos y ver lo mejor que ofrece la ciudad.
Visitamos Iglesias, edificios y monumentos llenos de historia:

Catedral de Guadalajara.

Basilica de Zapopan.

Teatro Degollado.

Palacio de Justicia de Guadalajara.

Rotonda de los Hombres Ilustres.

Los Arcos.
Vimos mansiones que en su tiempo albergaron a la alta sociedad:

Casa de los Abanicos.
Fuimos a gigantescos centros comerciales más impresionantes que algunos de los que hay en países del primer mundo:

Gran Plaza.

Andares.
Apreciamos el estadio Omnilife, digno de un equipo de primera…..no el que tiene:

Estadio Omnilife.
Y comimos platillos que nuestros paladares no habían disfrutado en años:

Menudo.

Pozole.

Tacos de lengua.

Tamales.

Cocktail de camarones y agua de coco.

Chilaquiles.

Charales.

Sushi y arroz frito.

Torta ahogada.
Yo, como amante de los autos, fui a ver, a pesar del desacuerdo y las protestas, algunos de los vehículos que por alguna razón no se venden al norte del Río Bravo:

Alfa Romeo Giulietta.

SEAT León.

Renault Sandero Stepway.

Lincoln Mark LT.

Peugeot 508.
También nos deleitamos la púpila comiendo tacos junto a una agencia Ferrari y vi con gusto como se ha renovado el parque vehícular mexicano: los vochos ya son raros y los Tsurus ya no dominan el panorama.

Entre las actividades interesantes que hicimos fue el subirnos a una rueda de la fortuna de 60 metros de alto, desde donde se puede ver casi toda la ciudad, y se tienen vistas espactaculares.


Arcos del Milenio, Hotel Riu y Puente atirantado Matute Remus.

Puerta de Hierro.
También hicimos una visita relámpago a la playa (salimos en la mañana y regresamos en la noche), nuestros hijos no conocían el mar, así que el viaje era obligatorio.

Manzanillo.

Manzanillo.
Esperen el próximo lunes la tercera parte.

Excelente reseña, esperamos la 3ra parte!
Por cierto, donde son esos tacos «estilo Ferrari»??? Se ven súper buenos y ya ni que decir de la excelente vista, para mi próxima visita a guanatos tendrá que ser parada obligatoria!
Son los tacos Don Miguelon en Puerta de Hierro.
Saludos!