Pobre XTS, es digno de lástima. Su propia casa lo ha humillado. Ha pasado de ser su orgullo e insignia a un destronado, desahuseado y destinado a las flotillas. Si no lo reconocen, no es su problema, después de todo no se vendió en México, pero seguramente si recuerdan a su antepasado: el Cadillac DeVille. … Sigue leyendo