A principios de los 90, BMW mostró 2 vehículos concepto, el E1 en su natal Alemania y el E2 en la tierra prometida, California. Y es precisamente éste último al que conocimos en nuestra más visita a Los Angeles.

El E2 fue diseñado precisamente en el llamado estado dorado y es por eso que es más largo, ancho y también más bajo con respecto al E1, y fue la respuesta de BMW a las normas de emisiones propuestas por California que estipulaban que los fabricantes de automóviles tendrían que lograr que los vehículos eléctricos representaran el 2% de las ventas anuales para 1998.

Contrario a la mayoría de vehículos concepto que les he traído ultimamente, el E2 es un modelo estático, es decir, no tiene un motor que lo mueva, aunque ojo, que el E1 presentado en Frankfurt si lo tiene, y en teoría es el que hubiera movido también al E2 y es un motor eléctrico con 45 HP. El paquete de baterías es de sodio-azufre. Tenía una velocidad máxima estimada en 75 MPH.

Visualmente era más convencional que el E1 y se dice que inspiró BMW de la década de los 90 como la Serie 5, el Serie 7 e incluso el Z3. Está claro al verlo que es un Bimmer con su todavía restringida parrilla de riñón.

Como muchos vehículos noventeros, el E2 lleva rines de 3 brazos, no lleva espejos laterales y el hecho de que está tan oscuro el polarizado pudiera ser un indicativo de que el interior está ausente, aunque por el E1 sabemos que el E2 sería para 4 pasajeros.

A fin de cuentas, retrasos en la adopción de las normativas que habían inspirado su creación así como las limitaciones de la tecnología de las baterías influyeron para que ni el E1 ni el E2 fueran producidos, aunque su desarrollo resultó fundamental en el primer vehículo que BMW produjo años después: el i3.