Mientras que nuestro invitado de la semana pasada, el concepto Cadillac Cien adoptó un lenguaje de diseño ya existente dentro de la armadora, nuestro visitante de hoy estrenó un idioma visual para Ford, el llamado ¨New Edge¨.

Contrario al Cien donde la similitud con la imagen de los autos producidos es evidente, en lo personal no veo alguna familiaridad entre el GT90 y los autos cuyo lenguaje de diseño supuestamente comparten. Me refieron a que por más que le busco no le encuentro parecido entre el GT90 y el Ka, ¿Ustedes si?

En fin, volviendo a nuestro invitado, fue una experiencia única el haberlo conocido ya que antes de hacerlo lo había visto a escala en uno de los modelos 1:18 que tengo.

A pesar de llamarse GT, creo que tiene muy poca remembranza del original, y como se desarrolló en la década de los 90, terminó llamándose GT90. Y ya que tocamos ese tema, el GT90 nunca fue considerado para ser producido, fue en palabras de Ford: ¨el GT90 es un banco de pruebas para conceptos de tecnología, ingeniería y diseño, y funciones orientadas al conductor que eventualmente podrían usarse en los vehículos de producción de Ford¨.

Las formas geométricas abundan, resaltan los triángulos en calaveras y el sistema de escape, éste último con tecnología NASA. Sí, en serio. Resulta que el motor central produce tanto calor que el sistema de escape requirió baldosas de cerámica, similares a las del transbordador espacial, para evitar que los paneles de fibra de carbono de la carrocería se derritieran.

Y ya que tocamos el tema del motor, el encargado de mover al GT90 es un 5.9L con 4 turbos y nada más con 720 HP unido a una caja manual de 5 velocidad prestada de un super auto de la época que en ese entonces pertenecía a Ford: el Jaguar XJ220. Algo intererente de mencionar es que dicho motor fue armado utilizando partes de 2 motores Lincoln V8. Su aceleración de 0 a 60 MPH se da en 3.1 segundos, la velocidad máxima es de 253 MPH, o sea, 407 kms/hr, cifras impresionantes incluso hoy en día, no se diga en 1995, es decir, hace 30 años.

Otras partes prestadas del super auto de Jaguar es la suspensión de doble horquilla diseñada para permitir que el auto se maneje bien a altas velocidades.

Algo muy propio es la cabina donde nuevamente vemos infinidad de triángulos en el volante, consola central y tapicería, pero aquí lo que resalta es el tono de las vestiduras en asientos, paneles y tablero que más que noventero, me recuerda a la década de los 80.

Fue presentado en el auto show de Detroit de 1995, estuvo presente en las exhibiciones más importantes de ese tiempo, posteriormente se pudo ver en Europa e incluso Japón. Al regresar a su tierra fue exhibido nuevamente hasta que un millonario de Oklahoma lo adquirió y lo puso en exhibición en su propio museo en el diminuto pueblo de Ames, y al decir diminuto es porque lo es: menos de 200 habitantes. Nos tocó verlo ¿Dónde más? En la tierra prometida, en el Museo del Automóvil Petersen, en una exhibicón que tuvieron llamada: Conceptos Modernos: Visiones futuras desde el pasado reciente.