La edición 1959 de la carrera de Le Mans vió como ganadores a Carroll Shelby y a Roy Salvadori manejando el Aston Martin DBR1.
40 años después, en 1999, la armadora Inglesa sacó una edición especial de su Vantage limitada precisamente, a 40 unidades. Tuvimos la suerte de ver uno de ellos.
No podemos negar el hecho que nuestro invitado ya no se ve contemporáneo, pero ha envejecido decentemente y hoy en día tiene su encanto, y por supuesto que le ayuda tener la carrocería en ese color mítico verde ¨Aston Racing¨.
Para hacer distinto y distinguible de entre el resto de Vantage de la época, Aston Martin le pone una parrilla distinta con 2 aperturas en los extremos. Las rejillas del cofre son exclusivas de la edición.

El costado nos muestra salidas de aire justo detrás de las ruedas delanteras que no estaban presentes en los otros Vantage. Los rines, de 5 brazos y diseño exclusivo, están hechos con magnesio para reducir el peso.

En la parte trasera, el tapón de la gasolina es de aluminio y las luces traseras son de alta intensidad. El alerón es ligeramente distinto para poder albergar las mencionadas luces. No puede faltar un discreto emblema debajo del grupo óptico derecho.

El interior se destaca por sus vestiduras en panales y asientos en color beige. Insertos en terminado aluminio cepillado reemplazan los de madera y la instrumentación es propia de la edición especial. Lleva su placa conmemorativa y gracias a eso sabemos que nuestro invitado es el número 21 de 4o producidos.

Por supuesto que el motor fue retocado e incluso armado a mano, y lleva su placa de constancia de ese hecho. Dicho motor es un 5.3L V8 con 600 HP, de allí que el nombre completo del auto sea V600. La mayoría lleva una transmisión manual de 5 velocidades, unos pocos llevan una caja de 6 cambios.

Se dice que en 1999 Aston Martin pedía aproximadamente $288,000 dólares por cada una de sus 40 unidades, hoy en día eso equivaldría a $560,000 USD y es precisamente una cifra cercana a esa lo que hay que desembolsar por uno en estos tiempos.

Si bien el Vantage V600 Le Mans pudiera pasar desapercibido, tiene un puesto muy especial en la historia de Aston Martin ya que fue el último de sus autos que se ensambló completamente a mano, además con su baja producción una cosa es segura: su valor seguirá subiendo.
