Por segundo auto show consecutivo, el FIAT Topolino fue mi auto favorito de toda la exhibición. Y es que en mi ciudad natal me había tocado ver, tocar y subirme al Topolino Dolcevita que es la variante con el techo de lona y con sogas en lugar de puertas.

En esta ocasión, Stellantis llevó al coupé a Nueva York, el que simplemente responde al nombre de Topolino.

El Topolino actual es un cuadriciclo, lo que significa que no se necesita licencia para conducirse e incluso menores de 14 años pueden manejarlo en ciertos países, como Italia. En la Madre Patria la edad mínima es 15 años.

En un intento por simplificar precios y también procesos de ensamblado, el Topolino ya sea el coupé o el Dolcevita viene en un solo color para la pequeña y redondeada carrocería: verde Vita.

Algo que en lo personal no sabía tal vez por no ve youtuberos y apenas me enteré al conocerlo en vivo es que la puerta del conductor se abre tipo suicida:

Y la del pasajero es de apertura normal:

Una cosa que ya sabía y que tiene el propósito el de crear un poco más de espacio en la cabina es que los asientos están uno más adelante (conductor) que el otro (pasajero). Dichos asientos opcionalmente pueden llevar vestiduras con patrones medio retro. Y no esperen ver una enorme pantalla para el sistema de infotenimiento, para eso hay que tener una interface en el celular. Pero no hay porque quejarse, al menos el diminuto vehículo tiene su propio panel de instrumentos.

Con solo ver el Topolino, sabemos de antemano que las prestaciones del vehículo son muy, quizás demasiado, limitadas, y lo son: motor eléctrico de solo 6 kW o para que se entienda mejor: 8.2 HP. Sí, poco más de 8 poderosos caballos de potencia. La batería es de 5.4 kWh, el rango de apenas 47 millas o 75 kms, la velocidad máxima de 28 MPH o sea, 45 km/hr y el tiempo de recarga de 4 horas.

FIAT de Italia y de España lo ofrecen por un precio inicial de 9,890 € o el equivalente a $11,177 dólares al tipo de cambio al momento de escribir esto.

Nuevamente, es una lástima que Stellantis no lo ofrezca en el nuevo mundo, pero me alegro que haya decidido traer aparentemente al menos un par de ejemplares para mostrarlos y así haber tenido el honor de haberlos conocido.