Hace 10 años, en el 2013 se podían adquirir 2 RAV4 diferentes en la tierra prometida, California. Por un lado, se estrenaba la cuarta generación a gasolina y por otro la tercera generación estrenaba tren motriz cortesía de la mismísima Tesla.
Su nombre: RAV4 EV, y ojo que no es la primera de su especie. Ya en el lejano 1997 Toyota había sacado una limitadisima producción de la primera entrega del popular crossover. En aquel entonces apenas 1,484 unidades fueron producidas. Y no es por presumir pero nos tocó ver una en la ciudad de St. Louis, Missouri.
Pasó el tiempo y en el 2012 Toyota nuevamente sacó la RAV4 EV, en ésta ocasión se vendieron 2,489 unidades. Y no es por presumir pero nos tocó manejar una en la ciudad de Wichita, Kansas.

Esta vez, como mencioné, en colaboración con Tesla para el tren motriz y Panasonic para las baterías. Y no es broma al decir que ésta RAV4 es tecnicamente similar al Model S.
Y ya que hablamos del tren motriz, el motor que mueve la RAV4 EV es uno eléctrico obviamente de 115 kW que es equivalente a 154 HP unido a una transmisión de una sola velocidad con un paquete de baterías de 41.8 kWh que en sus buenos tiempos le daba un rango de 103 millas. Solo es FWD.

Y si bien esos números son raquíticos hoy en día, hace una década eran bastante decentes y apenas el mencionado Tesla Model S tenía mejor rango y prestaciones.
En aquel entonces era el único crossover eléctrico y debido a la posición de las baterías, el espacio de carga era el mayor de la que en ese entonces era el pionera y la única del segmento.

Es fácil distinguir una RAV4 EV de la movida por gasolina ya que lleva un frente modificado con faros con distinta iluminación, parrilla cubierta al color de la carrocería y con el emblema Toyota EV y fascia modificada.

A los costados porta orgullosa la palabra ELECTRIC.

Y la parte trasera es adornada con un discreto emblema de EV además de llevar diferentes micas en las calaveras.

Pero no todo era color de rosa, como mencioné, estaba basada en la que ya era la generación anterior de la popular camioneta por lo que carecía de ciertas amenidades como por ejemplo los sistemas de seguridad que estrenó la cuarta generación. Quemacocos no era ni opción. Además, comparada con la cuarta generación, la tercera tenía una cabina espartana. Destaca la palanca de velocidades tipo Prius que toma un poco de práctica domar.

Y ahora la pregunta del millón: Cómo se maneja? Como un vehículo normal. Y eso no es malo, al contrario, es un complemento y más tratándose de un crossover de 9 años de edad. Es hábil y la calidad de marcha es muy buena, se siente bien sentada y plantada. Seguramente ayuda el peso extra de las baterías, aunque es bueno mencionar que eso no compromete en lo absoluto las frenadas, y por cierto, el sistema regenerativo de frenado es fácil de modular. En resúmen, me dejó muy satisfecho, no se siente anticuado ni obsoleto.

Cuando salió a la venta y renta en la tierra prometida, es decir, California, tenía un precio elevado: más de $40,000 dólares que hoy serían aproximadamente $51,000 USD y recordemos que muchos solo veían una camioneta de generación pasada con menos rango y un mayor tiempo de repostamiento ya que en aquel entonces recargarla completamente podía tardar 6 horas utilizando el sistema de 240 V.

A fin de cuentas, la RAV4 EV solo fue creada para satisfacer el mandato Californiano de emisiones, se sabía desde el principio que solo estaría disponible por un par de años y que el número máximo de unidades producidas serían 2,600, cosa que no se logró. Fue la pionera de los crossovers eléctricos ya que en aquel entonces solo había hatchbacks movidos por electricidad y por eso merece entrar en la historia automotriz, y por sus cifras de unidades vendidas se convierte en una rareza circulando, y no es por presumir, pero ya la hemos manejado. Gracias a la agencia SuperCarGuys y a AJ por las facilidades otorgadas.
